La educación socioemocional se ha convertido en un eje central dentro del desarrollo integral de niñas y niños, pues les permite enfrentar sus emociones, resolver conflictos y adaptarse a su entorno. Una de las habilidades más importantes dentro de este enfoque es la autorregulación emocional. En este artículo te compartimos diversas técnicas sencillas y prácticas para ayudar a los más pequeños a reconocer y gestionar sus emociones. Continúa leyendo y descubre herramientas útiles para el aula y el hogar.
¿Qué entendemos por autorregulación y cuál es su relación con la educación socioemocional?
La autorregulación se refiere a la capacidad de controlar las emociones, pensamientos y acciones de manera consciente y apropiada. En el contexto de la educación socioemocional, es una habilidad crucial, ya que les permite a los niños desenvolverse de forma equilibrada ante los desafíos diarios. Según una revisión documental realizada por Arango et al. (2024), el desarrollo de competencias emocionales mejora significativamente la convivencia escolar y favorece el aprendizaje significativo.
Técnicas efectivas para promover la autorregulación en niños
– Método 5-4-3-2-1
El método 5-4-3-2-1 es una técnica sencilla y poderosa de atención plena, que ayuda a reducir la ansiedad y recuperar el control en momentos de estrés. Al centrarte en tus sentidos, logras anclarte al momento presente y desviar tu atención de pensamientos negativos o intrusivos.
¿Cómo aplicarlo paso a paso?
Haz una respiración profunda. Inhala lentamente por la nariz y exhala por la boca. Esto marca el inicio del ejercicio y prepara tu mente.
Observa y nombra conscientemente:
1 cosa que puedes saborear
Por último, enfoca tu atención en un sabor presente. Puede ser un sorbo de agua, el sabor de tus labios o un alimento reciente. Si no percibes nada en el momento, puedes imaginar un sabor que te guste.
2 cosas que puedes oler
Trata de identificar dos olores, aunque sean sutiles: el aroma del jabón en tus manos, el perfume del ambiente, la comida cercana o incluso el olor natural del lugar.
3 cosas que puedes oír
Enfócate en los sonidos a tu alrededor: el murmullo de personas, el zumbido de un aparato, el canto de los pájaros o el ritmo de tu propia respiración. Elige sonidos que normalmente ignoras.
4 cosas que puedes sentir o tocar
Presta atención a las sensaciones físicas: la textura de tu ropa, la temperatura del aire, el peso de tu cuerpo sobre la silla o la sensación del suelo bajo tus pies. Nómbralas mentalmente o en voz baja.
5 cosas que puedes ver
Mira a tu alrededor y enfócate en cinco elementos visuales. Pueden ser objetos grandes o pequeños: una lámpara, una grieta en la pared, una planta, tu zapato o incluso una sombra. El objetivo es usar la vista para anclarte al entorno.
– Afirmaciones positivas
Frases como “Confío en mí” o “Estoy haciendo lo mejor que puedo” refuerzan la seguridad personal. Se sugiere que cada niño elija una frase que le motive y la tenga visible en su espacio diario. Esta herramienta puede ser clave en momentos de estrés o inseguridad.
– Caminatas conscientes
El movimiento físico tiene efectos positivos en la regulación emocional. Pasear al aire libre o incluso dentro del aula ayuda a liberar tensiones y reorganizar pensamientos. Para potenciar sus beneficios, puede combinarse con respiración consciente.
– Balanceo o movimiento rítmico
Cuando el niño experimenta emociones intensas, balancearse suavemente puede ayudarle a regular su sistema nervioso. Algunas opciones son:
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Usar una silla mecedora o giratoria.
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Tumbarse sobre una pelota de ejercicios y moverse suavemente.
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Escuchar música suave mientras se balancea.
– Expresión creativa y verbal de emociones
Dibujar lo que se siente, escribir en un diario o hablar en voz alta sobre las emociones son formas eficaces de canalizarlas. Este tipo de expresión facilita la comprensión de lo que se está viviendo emocionalmente, lo que permite tomar distancia y reflexionar.
¿Qué papel tienen las familias y docentes en el desarrollo de la autorregulación?
Tanto en casa como en el aula, es fundamental el desarrollo integral para generar espacios seguros donde los niños puedan expresar lo que sienten sin miedo a ser juzgados. Algunas recomendaciones prácticas son:
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Incorporar ejercicios de respiración al iniciar la jornada.
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Crear un rincón de calma con materiales sensoriales o dibujos.
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Fomentar el diálogo emocional mediante preguntas como: “¿Cómo te sentiste hoy?”.
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Modelar la autorregulación: los adultos también deben mostrar cómo manejan sus emociones.
La constancia y la empatía son claves para acompañar este proceso, que se construye día a día.
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Referencias
Arango, P., Orjuela, C., Buitrago, A., y Lesmes, O. (2024). Importancia de las habilidades socioemocionales en la educación: una revisión documental. Dialnet. https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/9695068.pdf
Morin, A. (2024). Seis maneras en que los niños pueden calmarse. Understood. https://www.understood.org/es-mx/articles/self-care-for-kids-6-ways-to-self-regulate
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