Hoy en día, la alfabetización emocional se ha vuelto una herramienta fundamental en el entorno educativo, ya que aporta al desarrollo completo de los estudiantes. Esta capacidad implica aprender a identificar, comprender y regular tanto las emociones propias como las de los demás, lo que favorece una convivencia pacífica y un entorno propicio para el aprendizaje. Integrarla en las dinámicas escolares no solo mejora las relaciones entre los actores educativos, sino que también impulsa la construcción de comunidades empáticas, resilientes y con mayor bienestar emocional.

¿Qué entendemos por alfabetización emocional?
La alfabetización emocional hace referencia a un proceso educativo que incluye el reconocimiento de aspectos emocionales y afectivos en la formación del individuo. A través de ella, se busca que los estudiantes comprendan cómo influyen sus emociones en la forma en que interactúan con personas, objetos o actividades dentro del contexto escolar, como profesores, compañeros, lecturas o contenidos académicos.
¿Cuál es su objetivo?
Su finalidad es fomentar y fortalecer competencias emocionales que permitan modificar actitudes frente a las emociones, diferenciar aquellas que generan bienestar o malestar, comprender las propias reacciones internas, cultivar la empatía y aceptar la diversidad emocional como parte valiosa de la naturaleza humana.
Además, actúa como un factor protector frente a problemáticas emocionales y conductas de riesgo, como el consumo de sustancias, la impulsividad, trastornos psicosomáticos, síntomas depresivos y tendencias autodestructivas en niños y adolescentes.
Estrategias para promover la alfabetización emocional
1. Sé un modelo a seguir
Los menores aprenden más por lo que ven que por lo que se les dice. Por ello, es importante que madres, padres y cuidadores actúen con responsabilidad emocional, generando un ambiente afectivo saludable en casa. Los niños tienden a reproducir las formas de gestionar emociones que observan en su entorno.
2. Promueve una comunicación asertiva
Desde temprana edad, es fundamental ofrecer espacios donde los niños y adolescentes puedan expresarse con libertad y sin miedo al juicio. La comunicación asertiva favorece el desarrollo de relaciones sanas y es esencial para el aprendizaje emocional.
3. El juego como herramienta emocional
A través del juego, los niños pueden expresar libremente sus sentimientos y comprender los de otros. Participar en juegos simbólicos o interactivos facilita la exploración emocional de forma natural y significativa.
4. La lectura como aliada emocional
Los libros son una excelente vía para reflexionar sobre emociones y desarrollar la empatía. En ellos, los niños pueden reconocer sentimientos propios reflejados en los personajes, lo que ayuda a validarlos y comprenderlos mejor.
En conclusión, enseñar a los niños y adolescentes a reconocer, aceptar y gestionar lo que sienten no solo mejora su desarrollo personal, sino que también les brinda herramientas para vivir de manera saludable. Entender que todas las emociones son válidas —incluso las incómodas— es esencial para su bienestar emocional.
Continua leyendo más información interesante en:
Referencias
Huchim, A. (2022). Cuidarte A.C. Alfabetización emocional. Recuperado de https://cuidarte.org.mx/alfabetizacion-emocional/
Conde, M. (2020). Niños Emocionalmente Felices. (2018). Alfabetización emocional. Recuperado de https://xn--niosfelices-2db.es/2018/alfabetizacion-emocional/
Ayuso, W. (2019). Avance Psicólogos. Alfabetización emocional: qué es y cuáles son sus beneficios. Recuperado de https://www.avancepsicologos.com/alfabetizacion-emocional/
Aula 15 es un espacio digital dedicado a la educación actual, con contenidos sobre formación docente, inclusión, tecnología educativa, leyes, enfoques pedagógicos y bienestar socioemocional. Descubre recursos, noticias y estrategias que inspiran el aprendizaje.
© 2025 Aula 15 | Educación para transformar. Todos los derechos reservados.
Mérida, Yucatán |
www.aula15.com
Síguenos en redes sociales: [Facebook] • [Instagram] • [Threads] • [TikTok]